Este año decidí crear mi propio disfraz de sirena. Valió la pena y fue muy divertido trabajar en ello. ¡Lo más difícil y divertido fue caminar con aletas! Me envolví en una sábana de tela verde brillante e hice una aleta con cartón teñido de verde (la suave aleta tardó un poco en acostumbrarse a caminar con ella también). se supone que pretende ser algas marinas) y espolvorea arena alrededor del resto.
Me puse una peluca para lograr el mejor efecto, la perforé con conchas e incluso conseguí algunas algas secas para que pareciera que realmente salí del mar. Esa noche me encontré en Nueva York, esperando una gran competencia. Para mi sorpresa, ¡gané la parte «más creativa» del concurso de disfraces! Al final, la lucha por caminar valió la pena.
