Mi hijo me preguntó si podía hacerle un elfo Buddy para Halloween. Empecé a mirar fotos y averiguar qué puedo pedir y qué puedo hacer. Pedí leggins para niñas y cuando llegaron, mi hijo me informó que eran del color equivocado y que debían devolverlos. Tiene 8 años y es una auténtica «diva».
Lo cargué y fui a la tienda de telas. Eligió todos los materiales que ven y todo quedó hecho excepto la base para los zapatos y la peluca. También miramos un par de pelucas hasta que encontramos la adecuada. ¡Fue solo mi segundo par de pantalones que probé! La chamarra que tenía era un patrón solo para la chamarra básica, sin embargo, era necesario hacer la forma (y talla) correcta. Mi hijo tuvo que probarse el disfraz varias veces en el proceso.
Fue a nuestra ciudad para la festividad de Halloween y ganó el 1er lugar el fin de semana en su grupo de edad. Lo presentaron como Elf Keibler y mi hijo se lo tomó con calma, ¡pero estaba confundido porque estos comerciales ya no se transmiten!
