Mis compañeros de cuarto y yo tuvimos la idea de hacer nuestros propios disfraces de piñata este Halloween. Después de un viaje a la tienda de telas, volvimos a casa con una montaña de fieltro en una variedad de colores (que todavía abarrota nuestro apartamento incluso después de haber cosido nuestros trajes). Recortamos tediosamente cada tira individual de fieltro y las pegamos a mano a nuestros disfraces mientras los usábamos, ¡puedo agregar!
La parte más divertida de nuestro disfraz fue la adición inesperada de dos de nuestros amigos vestidos como mexicanos, completos con ponchos, sombreros, botellas de tequila/cartucheras y, por supuesto, palos para golpear sus piñatas durante toda la noche. Éramos un equipo divertido, como piñatas perseguidas por la calle por sus amigos mexicanos. ¡Toda la noche fingieron azotarnos con piñatas para que pudiéramos tirar dulces a la multitud! No hace falta decir que nos hemos convertido en los niños mimados del público. ¿Dulces y tequila? ¡¿Que más necesitas?!
