Quería ser una sirena aterradora durante muchos años y finalmente lo logré. Hice escamas de diferentes telas brillantes, las pegué en caliente a una falda larga y entallada, que fruncí y cosí a las rodillas para darle la forma adecuada, y la aleta fue hecha de tul y algas. Pegué con pegamento caliente el musgo al mono para la parte superior y el limpiapipas para hacer una corona en la que envolví mi cabello para que pareciera que se movía bajo el agua.
Compré un tridente de plástico barato, le quité la tapa y lo pegué a un palo, luego lo cubrí con arena, musgo, conchas y una red de pesca. Y luego hice una capa con mallas, musgo y conchas, y mi amiga Bev Kaplan me dio un increíble maquillaje falso para completar el look. Quería que mi sirena se viera como si se hubiera creado a sí misma como una reina a partir de cosas aleatorias que encontró en el océano.
