Cada Halloween tratamos de idear un disfraz que se vea espeluznante de una manera informal. En años pasados, esto incluía todo, desde cucarachas hasta zapatos Crocs. Siempre usábamos el jabón del Dr. Bronner en casa y siempre nos reíamos de lo rara que era la botella, así que sabíamos que sería la inspiración para el disfraz de este año.
Sabíamos cómo queríamos diseñar el biberón, pero nuestro principal obstáculo fue descubrir cómo ponérselo al bebé. Fue fácil de hacer con una hoja de plástico gruesa que compramos en una tienda de arte local, papel grueso, rotuladores y marcadores mágicos. En el futuro, usaremos un bolígrafo blanco en lugar de un bolígrafo de dibujo, ya que se verá un poco a través del papel.
La parte más difícil fue lograr que el niño se interesara, y la mejor parte fue llevarlo a la tienda local de alimentos saludables para una sesión de fotos.