Siempre me ha gustado Halloween, pero nunca he sido alguien que pasa incontables horas disfrazado. Un día decidí que quería darlo todo, ya que mis buenos amigos estaban organizando una fiesta. Después de varios días de búsqueda, decidí que quería ser el Místico de la serie X-Men.
Mis amigos pensaron que estaba loco y muchos me preguntaron en broma si me iba a desnudar con pintura corporal (¡NO!). Lentamente ensamblé las partes principales del disfraz, los lentes de contacto amarillos ($60), el disfraz de morfo azul ($50) y la pintura y el maquillaje necesarios.
Después de entregar todas las partes, pasé un tiempo cada noche pintando las escamas y el diseño de la piel de Mystique en el traje morph. Algunos amigos incluso vinieron a ayudarme a planificar el patrón para que no hubiera atención torpe o innecesaria a las partes del cuerpo… ¡sin dejar de ser fieles al disfraz original, por supuesto!
Me puse el disfraz en una fiesta y obtuve una respuesta fantástica. Fue el ejemplo perfecto de horror y asombro para todos, principalmente por los contactos amarillos, pero también por la actuación del vestuario.
Todos los años, cerca de Halloween, por lo general, mi equipo universitario de rugby asistía al torneo nacional. Como casi coincidía con Halloween ese año, me decepcionó un poco no poder mostrar mi disfraz completo en público.
Se suponía que íbamos a volar el 1 de noviembre, pero escuché noticias sobre un concurso de disfraces en un bar local. Cuando escuché esto en la noche de Halloween, estaba seguro de que podía ganar. Así que me vestí con la ayuda de mis amigos y nos dirigimos al bar para «presumir» mi disfraz. No vinimos a la fiesta por la apretada agenda de rugby, ¡sino para ver si me queda bien el traje!
En el bar, vi gente susurrando y señalando mi traje. Como a menudo noté que esto sucedía, lo aproveché para meterme en el personaje. Cuando alguien se dio la vuelta para llamar la atención de su(s) amigo(s), para mostrárselo, los miré de la misma manera que me miraron a mí. ¡Tengo que asustar a la gente cada vez!
El concurso de disfraces fue un éxito, gané boletos para la NHL… ¡y me fui con fotos increíbles! (¡Un favorito personal es aquel en el que fotografío!)